jueves, 4 de agosto de 2011

Poema para las islas.

Sin reacciones, su cuerpo sin emociones,
medito al pensar, que jamás volverá.
No es él lo que veo, ni es él lo que vi.
Un simple recuerdo, quemado ahora es gris.

Y veo caer al más lindo lucero,
lo quiero ayudar, por el desespero.
Leyendo los diarios, construyo esperanza,
Oyendo en la radio, que avanza con ganas.

Allí están los míos, que esperan su hora,
aquí algunas quejas, y algunos que oran.
No quiero consuelo que nadie reclama,
los quiero ahora mismo durmiendo en sus camas.

Los otros sin duda sus pechos desarman,
los roban de cuna, nos venden la guarda.
Inevitable experiencia de sangre Argentina,
un pecho de acero derrocha su vida.

Y miles de almas entregas su  línea
de tiempo perdido, de esclava rutina.
18! Inconciente! Es sangre intocable
18 los años, es imperdonable.

Lo rojo derrite el hielo pesado,
sus cuerpos se rozan, están atrapados.
Sufriendo la angustia, perdiendo el combate,
descubren la muerte a pocos instantes.

El fuego los lleva a otro nivel,
que nunca quisieron, que nadie los ve.
Enroscan en mí un triste recuerdo,
De miles de YO cayéndose muertos.

Margot

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