jueves, 4 de agosto de 2011

Poema para el Motociclista.


La Triste y sabia tierra, cubría aquel espanto,
la luna era vieja, y el hombre nefasto.
Barriendo las entregas, del suelo anestesiado,
creando algún espectro, soñando y divagando.

Cayeron en la carne, un ramo de hojas secas,
un choque de metales, un río de inconciencia.
Sonaron las llamadas, y las hirientes quejas,
de cientos de personas, hundidas en la pena.

Corrieron para el sitio, de mas de mil pecados,
negaron a los gritos, y muy desesperados.
Que aquello no era cierto, que quién lo había llevado,
miraban a lo lejos, la muerte había pasado.

Del cuello hasta la oreja, se había lastimado,
ni un sordo y decadente, sonido en el impacto.
Que fue hacia lo lejos, a 180 grados,
un día llegaremos, de nuevo a saludarlo.

Los ojos mas que abiertos, miraban a sus pasos,
que puso aquí en la tierra, que están muy bien guardados.
Ahora el resto queda, mirando como ejemplo,
al fin de los suicidios y al pos de los misterios.

El cielo se caía, el suelo se elevaba,
se cortaron las risas, la vida se acababa.
El dulce y solitario, raro niño la adoraba,
pero ella en su locura, la vida le arruinaba..

Margot

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