martes, 7 de agosto de 2012

Dale, alemán.

Calla  hoy y siempre,
no hay lenguaje, para mi ciencia,
De mi voz te amarraste
 y no pedí que la entendieras.

Cae hoja alemana,
siente calma al bajar.

Lo intentaré explicar
entro en conflicto con mi libertad.
Soy,
digna marioneta de la muerte que la apaña.

Voy a bajar, dejemos al viento soplar.

Margot, ezcuaranizco

La reconciliación

El horizonte.
Lo hubiese definido hace solo unos minutos como " símbolo de cliché actoral, con intenciones mediocres de transmitir un pensamiento oculto". Hoy me encargué, o por lo menos eso intenté, de soltar el prejuicio a esa practica tan mal invocada y resolver ese odio por él.
El horizonte te señala una absoluta lejanía visual, y a mi entender, espiritual. Es esa cosa o forma que está, pero no está, que habla y calla, que te indica y te pierde. Llegué a la conclusión de que ese espacio se encarga de abstraernos. Nos lleva a un lugar donde no hay parámetros reales, donde no sabemos que nube es más grande, o si una esta por delante de la otra. Nuestras conclusiones no bastan. Nada nos basta en la nada. Por eso mismo nos sentimos protegidos, en ese paraíso donde nos podemos sumergir sin estar, donde podemos estar sin sumergirnos. En la plenitud de la sin moral y del sin compromiso.
Es un lugar inalcanzable, inexistente y muy accesible  Es, pero no es ( me caso pero no me caso, estudio pero no estudio, hablo pero no me  represento) Ok, estas cosas se olvidan en esa nada, y nos sienta bien por eso mismo.
Si releés más arriba usé la palabra abstracción, creo que todas las personas que se lo propongan pueden llegar a hermosas ideas limpias en ese lugar, donde no hay problemas si decides que no los haya, donde quedan volátiles, dudosos y azarosos pensamientos, que son olvidados por el practicante y guardados por esa simple línea, y donde se desvanece oculta y latente la libertad de todo ser.

Margot para todos, Mechi para los amigos que se detuvieron a leerla.

Ahora entiendo la idea, pero sigo sin compartirla, que le vamos a hacer..