domingo, 2 de octubre de 2011

Poema del ojo y del río.

Un ángel dormido y el otro despierto.
Una tormenta de nieve, batida en cemento.
Tres esperanzas rotas rellenas de agua,
caminan dormidas, en penas descalzas.

Un río de sangre cubriendo la tierra,
resbala entre rocas buscando la piel.
Sus ojos al cielo, observan la estrella,
salpican a lágrima el anochecer.

La luz los irrita, se queman en roses,
y miles de heridas los ciegan con flores.
Anhelan la vida, que quieren saltear,
soñando pedazos de su soledad.

Sentencian la angustia, por miedo al combate
estallan en brisas, de risas constantes.
El ángel con prisa, se va a su lugar,
aquel que no existe, me voy  volar.

Despierto en asfalto, respiro este humo.
Recorro lo frío, lo tenue, lo oscuro.
Me río del sueño, sin ganas de ser
Me río del río, que ví recorrer.
Y caigo, caes, caen.

Margot.